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GUÍA PARA PRINCIPIANTES SOBRE ACCIONES: QUÉ SON Y CÓMO FUNCIONAN

Una guía para principiantes sobre cómo comprender las acciones, dónde comprarlas y cómo generan ganancias.

Las acciones, también conocidas como participaciones o valores, representan la propiedad de una empresa. Al comprar una acción, adquiere una pequeña parte de la misma y se convierte en accionista. Esto significa que tiene derecho a una parte de los activos y las ganancias de la empresa. Existen dos tipos principales de acciones: las ordinarias y las preferentes. Las ordinarias suelen otorgar a los accionistas derecho a voto en las juntas de accionistas y la posibilidad de una revalorización del capital. Las preferentes, por otro lado, no suelen otorgar derecho a voto, pero ofrecen un dividendo fijo. Una ventaja clave de poseer acciones es la oportunidad de aumentar su inversión a medida que la empresa se expande y se vuelve más rentable. Esto puede lograrse mediante el aumento de valor de las acciones o la recepción de dividendos constantes. Sin embargo, invertir en acciones también conlleva riesgos. Los precios de las acciones se ven influenciados por numerosos factores, como el rendimiento de la empresa, las tendencias del sector, los indicadores económicos y la confianza de los inversores. Como resultado, el valor de una acción puede fluctuar significativamente con el tiempo. Las empresas emiten acciones para captar capital y financiar su expansión, desarrollo de productos, reducción de deuda u otras necesidades comerciales. A cambio, los inversores reciben participación en la empresa, lo que los convierte en copropietarios con el potencial de beneficiarse del éxito de la misma. Los inversores suelen comprar acciones con la esperanza de que su valor aumente, lo que les permitirá venderlas posteriormente para obtener ganancias. Otros se centran en acciones que pagan dividendos para generar un flujo de ingresos. Existen muchas estrategias para elegir, según los objetivos financieros, la tolerancia al riesgo y el cronograma de inversión. En general, las acciones desempeñan un papel esencial en las finanzas personales y la planificación de la jubilación. Comprender los fundamentos de la propiedad de acciones es el primer paso para tomar decisiones de inversión informadas y alcanzar objetivos patrimoniales a largo plazo.

Características clave de las acciones:

  • Propiedad accionaria: Representa un derecho sobre los activos y las ganancias de la empresa.
  • Dividendos: Pagos periódicos que algunas empresas realizan a los accionistas.
  • Valor de cotización: El precio fluctúa según la oferta y la demanda.
  • Derecho a voto: Proporcionado por las acciones ordinarias en muchos casos.
  • Liquidez: Las acciones generalmente se pueden comprar y vender fácilmente.

En resumen, las acciones son instrumentos financieros fundamentales que ofrecen a los inversores una forma de participar en el crecimiento de las empresas y potencialmente obtener rentabilidad mediante la apreciación o los dividendos. Ya sea que esté creando una cartera de jubilación o explorando maneras de aumentar su patrimonio, comprender las acciones es un componente clave de la planificación financiera a largo plazo.

Las acciones se negocian principalmente en las bolsas de valores, que son mercados regulados donde compradores y vendedores se reúnen para realizar transacciones. Estas bolsas garantizan transparencia, liquidez y precios justos. Dos de las bolsas de valores más grandes y conocidas son la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) y el Nasdaq en Estados Unidos, pero existen muchas otras a nivel mundial, como la Bolsa de Valores de Londres (LSE), la Bolsa de Valores de Tokio y Euronext. Para acceder a estas bolsas, los inversores individuales suelen utilizar una firma de corretaje o una plataforma de negociación. En el panorama digital actual, muchas casas de bolsa operan en línea y ofrecen herramientas intuitivas que permiten a los usuarios realizar órdenes de compra y venta desde sus computadoras o teléfonos inteligentes. Algunos ejemplos son Vanguard, Fidelity, E*TRADE, Hargreaves Lansdown y plataformas más recientes como Robinhood y eToro. Cada bolsa tiene requisitos de cotización que las empresas deben cumplir para que sus acciones se negocien. Estos requisitos suelen incluir umbrales financieros, estándares de gobernanza y protocolos de auditoría para proteger a los inversores. Las bolsas de valores operan en horarios específicos y pueden suspender la negociación o interrumpir el flujo de capitales en casos de volatilidad extrema. Fuera de las bolsas formales, las acciones también pueden negociarse extrabursátilmente (OTC) en redes descentralizadas donde empresas menos reguladas y de menor capitalización pueden ofrecer acciones. Si bien los mercados OTC ofrecen acceso a empresas más pequeñas o extranjeras, conllevan mayores riesgos debido a una menor liquidez y menor transparencia.

Principales bolsas de valores mundiales:

  • Bolsa de Nueva York (NYSE): la más grande por capitalización bursátil.
  • Nasdaq: conocida por las empresas tecnológicas y el comercio electrónico.
  • Bolsa de Londres (LSE): una de las bolsas más antiguas, sede de empresas multinacionales.
  • Bolsa de Tokio: el principal mercado de valores japonés.
  • Euronext: bolsa paneuropea que abarca varios países.

Operar en estas plataformas implica colocar diferentes tipos de órdenes. Las más comunes son:

  • Orden de mercado: Compre o venda inmediatamente a los precios actuales del mercado.
  • Orden limitada: Compre o venda solo a un precio específico o superior.
  • Orden stop: Ejecuta una operación una vez que la acción alcanza un precio determinado.

Además, la mayoría de los brókeres en línea ofrecen funciones como cotizaciones en tiempo real, seguimiento del rendimiento, herramientas de gráficos y contenido educativo para apoyar a los inversores de todos los niveles. Monitorear las transacciones, las comisiones y las tendencias generales del mercado es un hábito esencial tanto para los operadores como para los inversores a largo plazo.

El trading de acciones se asocia comúnmente con los mercados de capitales en las economías desarrolladas, pero el acceso se ha ampliado a nivel mundial. Con herramientas y plataformas modernas, prácticamente cualquier persona puede invertir en acciones con solo una cantidad modesta de capital y conocimientos financieros básicos.

En conclusión, comprender dónde se negocian las acciones y cómo participar en estos mercados es fundamental para invertir con éxito. Las bolsas de valores proporcionan estructura, seguridad y facilidad de acceso, lo que las convierte en componentes vitales de los sistemas financieros modernos en todo el mundo.

Las acciones ofrecen el potencial de crecimiento a largo plazo e ingresos por dividendos al invertir en empresas que crean valor a lo largo del tiempo, pero también conllevan un riesgo significativo debido a la volatilidad del mercado, los ciclos económicos y los eventos específicos de la empresa; la clave es invertir con una estrategia clara, una diversificación adecuada y solo con capital que no comprometa su estabilidad financiera.

Las acciones ofrecen el potencial de crecimiento a largo plazo e ingresos por dividendos al invertir en empresas que crean valor a lo largo del tiempo, pero también conllevan un riesgo significativo debido a la volatilidad del mercado, los ciclos económicos y los eventos específicos de la empresa; la clave es invertir con una estrategia clara, una diversificación adecuada y solo con capital que no comprometa su estabilidad financiera.

Las acciones generan rentabilidad para los inversores de dos maneras principales: ganancias de capital y dividendos. Cada mecanismo ofrece ventajas únicas y puede emplearse estratégicamente para alcanzar diversos objetivos financieros. Las ganancias de capital se producen cuando el precio de una acción aumenta tras su compra. Por ejemplo, si compra una acción a 100 £ y la vende por 120 £, obtendrá una ganancia de capital de 20 £. Este beneficio se obtiene al vender la acción. Mantener acciones a largo plazo se conoce como una estrategia de compra y retención, y suele ser utilizada por inversores que buscan una apreciación sustancial del capital. Las ganancias de capital pueden resultar de:
  • Rendimiento de la empresa: Mayores ganancias o expansión pueden impulsar el precio de las acciones.
  • Tendencias del mercado: Los mercados alcistas suelen elevar el precio de las acciones en general.
  • Sentimiento de los inversores: El optimismo puede inflar las valoraciones, especialmente en sectores en crecimiento.
  • Factores macroeconómicos: Los bajos tipos de interés o las regulaciones favorables pueden ser factores favorables.

Dividendos son pagos periódicos en efectivo que se realizan a los accionistas con cargo a las ganancias de una empresa. No todas las empresas pagan dividendos; las que lo hacen suelen ser empresas consolidadas con ganancias constantes. Los ingresos por dividendos pueden reinvertirse a través de planes de reinversión de dividendos (DRIP) o utilizarse como fuente de ingresos pasivos.

Estrategias centradas en dividendos:

  • Inversión en rentas: Seleccionar acciones conocidas por sus dividendos fiables y de alto rendimiento.
  • Crecimiento de dividendos: Elegir empresas con un historial consistente de pagos crecientes.

Más allá de la selección de acciones individuales, la diversificación es clave para gestionar el riesgo y mejorar la rentabilidad. Esto significa invertir en diversos sectores, regiones y clases de activos. Los fondos indexados o los fondos cotizados en bolsa (ETF) ofrecen una forma práctica de obtener una amplia exposición a la vez que reducen la volatilidad. Estos vehículos replican un segmento específico del mercado bursátil y ofrecen rentabilidades acordes con sus índices de referencia.

La capitalización de la rentabilidad a lo largo del tiempo puede aumentar significativamente el valor de la inversión. Los dividendos reinvertidos y el crecimiento sostenido del capital mejoran la creación de riqueza, especialmente cuando se combinan con horizontes de inversión a largo plazo.

Factores que afectan la rentabilidad de las acciones:

  • Ciclos económicos: Los períodos de auge o caída influyen en la rentabilidad general del mercado.
  • Tasas de interés: El aumento de las tasas puede reducir la valoración de las acciones.
  • Inflación: Afecta el poder adquisitivo y los márgenes de beneficio de las empresas.
  • Eventos geopolíticos: Las guerras, las sanciones o las elecciones pueden impulsar la volatilidad.

Si bien las acciones pueden generar rentabilidades atractivas a lo largo del tiempo, es importante comprender la relación riesgo-rendimiento. Las caídas del mercado, el bajo rendimiento de las empresas o las crisis financieras más amplias pueden generar pérdidas significativas. Por esta razón, antes de invertir capital, es importante considerar la tolerancia al riesgo, los objetivos de inversión y una adecuada asignación de activos. Monitorear su cartera regularmente, mantenerse informado sobre las condiciones del mercado y mantener una perspectiva a largo plazo pueden ayudar a optimizar la rentabilidad. Los asesores financieros o fuentes de investigación confiables pueden brindarle información valiosa para guiar su estrategia de inversión y ayudarle a adaptar sus estrategias con el tiempo. En esencia, la capacidad de las acciones para generar rentabilidades reside en su vínculo con las ganancias corporativas y las expectativas del mercado. Al comprender cómo y por qué se generan las rentabilidades, los inversores pueden navegar por las complejidades del mercado y generar riqueza de forma disciplinada e informada.

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